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Si bien la historia de Rapa Nui esta rodeada de misterio, existen dos teorías acerca de quienes fueron los primeros en encontrar la Isla de Pascua.
La más avalada (mediante tradición oral) cuenta que el rey Hotu Matu'a llegó a Rapa Nui desde una mítica isla llamada Hiva (posiblemente en las Islas Marquesas) entre los siglos VI y VIII d.C. Se cuenta que Hotu Matu’a y sus hombres (alrededor de unos 100) desembarcaron, encontraron una isla de palmeras y plantas comestibles, donde también abundaban las aves marinas y los peces. Al buscar donde pasar la noche encontraron un Ana (cueva) de Kena (pajaro migratorio), por lo cual hoy se conoce esa playa de desembarque como Anakena.
El Ariki (rey) Hotu Matu’a estableció la organización social y religiosa de la nueva comunidad, dictando nomas para la construcción de viviendas y monumentos. Se cree que los primeros años se explotó todo lo que la isla ofrecia, cultivaron sus especies (ellos mismos habían llevado) y se dedicaron a incrementar la población de animales y de seres humanos.
El culto a los antepasados, como en toda la Pölinesia, rigió gran parte de la vida espiritual de los Rapanui. Se creía que el “mana” (energía espiritual) de las personas continuaba existiendo e influyendo después de su muerte. Cuando un miembro importante de una tribu fallecía, se mandaba a esculpir un Moai (escultura tallada en piedra volcánica) en la cantera de Rano Raraku. Al estar listo se trasladaba hasta su aldea y lo situaban mirando hacia ella, no hacia el mar, para que proyectara su mana sobre los descendientes y aldea, extendiendo un manto protector a través de su mirada. Durante esta época también erigieron Ahus (altares ceremoniales). Esto se conoce como etapa clásica y periodo de Moais (año 800 d.C y 1860).
Con el tiempo se perfeccionaron en esculpido y traslado de los Moais, por lo cual cada vez eran más grandes y estilizados que los primeros, que eran más pequeños y toscos. Por ende el tamaño y delicadeza de detalles en los Moais pueden establecer antigüedad. Los Moais más grandes esculpidos en esta época, aun están inconclusos en la cantera de Rano Raraku. Se estima que la Isla entre los siglos XV y XVIII sufrió de sobrepoblación, por lo cual hubo escasez de recursos y esto detonó conflictos entre las 12 tribus que la habitaban. La obsesión por construir Moais cada vez más grandes fue una de las principales causas de deforestación y carencia de alimentos. Esto genero decaimiento en la creencia espiritual de los Moai, por lo que no solo su elaboración fue abandonada, incluso llegaron a derribarlos de sus ahus.
El culto al Tangata Manu (Hombre Pájaro) comienza a ser la forma para determinar quién sería el Ariki que gobernaría las tribus por un año. Quien recogiera el primer huevo de Manutara (gaviotín pascuense), desde Motu Nui, seria el Ariki. Esta competencia se siguió realizando hasta la llegada de los misioneros católicos en 1864.
Casi todo lo que se sabe sobre la cultura Rapanui, proviene de la narración que hicieron los primeros europeos que arribaron a la Isla.
El primero fue Jacob Roggeveen (holandés) que arribó a la Isla procedente del archipiélago Juan Fernández, mientras buscaba la Terra Australis, el legendario continente del Hemisferio Sur (según las creencias, equilibraba las tierras del Hemisferio Norte). La Isla no aparecía en sus mapas de navegación y fue avistada el domingo 5 de abril de 1722, ese día era domingo de Pascua, por eso bautizó a la isla con el nombre de Isla de Pascua. El holandés sólo estuvo un día en tierra a causa de los fuertes vientos y, al encontrar pocas posibilidades de aprovisionamiento, partió con rumbo a Tahiti, continuando con su búsqueda.
Casi cincuenta años después en 1770 llega una expedicion española dirigida por Felipe Gonzalez De Haedo desde Perú con el fin de reclamar el territorio para España. Lo isleños no opusieron resistencia e incluso algunos jefes “firmaron” un contrato para formalizar el dominio español. La isla fue rebautizada como San Carlos en honor al Rey Carlos III y después de seis días, la expedición se marchó. Desde ese momento, nunca más nadie se presentó para hacer efectivo el dominio español sobre la isla.
Cuatro años más tarde, en 1774, arriba James Cook (inglés) a la playa de Anakena en la “Resolution”, con la esperanza de abastecerse de alimentos y agua, pero le fue imposible porque encontraron una isla prácticamente desolada. Cook estaba familiarizado con los pueblos de las islas Sociedad, Tonga y Nueva Zelanda por lo que llegó a la conclusión que los Rapanui pertenecían a la misma etnia. En su relato del viaje, Cook señala que aunque algunos moais todavía se encontraban en pie, muchos de ellos estaban caídos y los ahus dañados, dejando claro que tanto los moais como los isleños estaban en peores condiciones que las reportadas por los españoles. El último año en que se registró un moai de pie fue 1838. Hoy se sabe que todas las estatuas fueron derribadas por los Rapanui y no a causa de algún desastre natural y son dos las teorías que intentan explicar esto. La primera sostiene que la falta de alimentos ocasionó guerras entre los diferentes clanes y producto de esos enfrentamientos los moais fueron derribados para privar a los enemigos del “mana” o protección que éstos ofrecían. La segunda teoría sostiene que la razón para derribarlos no fue otra que el haber perdido la fe en ellos, después de que a pesar de todo el esfuerzo y los años invertidos en su elaboración, los dioses no los compensaran con los recursos que tanto necesitaban.